Cortar o no cortar, esa es la cuestión (otras fotografías)
No solo cuando hacemos retratos debemos fijarnos en la forma en cómo recortamos el encuadre, sino que debemos tener en cuenta la composición, cómo colocamos los elementos dentro del cuadro. Aquí tenemos algunos estilos a considerar al momento de recortar el encuadre en tus fotografías.
Espacio Negativo
Es esa parte de la foto donde no hay ningún elemento que nos distraiga y suele usarse cuando le damos protagonismo a un objeto.
Rellenar el encuadre
Otra opción es rellanar el encuadre con varios objetos similares o bien acercarte demasiado para lograrlo, lo cual les da un efecto más poderoso y eficiente a nuestras fotos.
Muchas veces, no hace falta que un objeto aparezca entero para que se pueda admirar su belleza, nuestro cerebro es capaz de completar la imagen, sobre todo cuando se trata de figuras geométricas o formas reconocibles.
¿Se podría haber encuadrado toda la puerta? Por supuesto, pero así funciona también. Puedes tomarlo como truco si te encuentras con situaciones similares en donde lo que está oculto no te sirve para tu foto.
Imagina un plato de comida de esos que da pena estropear puesto sobre una mesa cuidadosamente puesta, con todo lujo de detalles. ¿Qué tal si lo cortas por la mitad y dejas ver parte de la decoración de la mesa? ¿Qué tal si solo muestras los pies de una pareja para insinuar una historia sin mostrar nada?
La clave muchas veces está en encontrar el equilibrio visual. Igual que existen “normas” para saber por dónde cortar en un retrato, en el resto de fotografías es más un entrenamiento del ojo en cuanto a equilibrio se refiere. Pero esto se va afinando con el tiempo y con mucha, mucha práctica.
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